sábado, 22 de agosto de 2009

Aguacero de piedras

El emporio es envidiable y la codicia y ambición tienden su torba asechanza, el descubrimiento de una nueva veta suscita un interés desorbitado para adelantarse a la delegación a formular el denuncio, en este afán reluce el puñal y el revólver riela el vértigo fatal, Shenedollé, Hank Ford y Emé, Gálvez, puente y tejada y muchos más murieron en aquella carrera alocada del "oro" o del "tungsteno".

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