viernes, 17 de julio de 2009

Poemas de 2004

El crepúsculo como una blonda y exangüe irradiación solar se posa en las cosas como una exhalación y caricia. En medio de un decreciente tono de azucena y amapola avanza la penumbra y una atmósfera de rosa y muaré le hace ensoñadora. En los torsos de rosa de las rocas y en las faldas de las colinas los últimos rayos de luz dejan en profusión brochazos de oro viejo y sepia. La tarde se torna trémula, pudorosa y angelical. En la vaga claridad del crepúsculo se ofrenda como un poema en verso o una melodía de dulcísimo ternura. El efluvio de la naturaleza se expande como un perfume enervador. Es la hora del arrullo y de la égloga; las gaviotas y las almas se dan a navegar en la ilusión y la fantasía.

Odalisca Enamorada

Belleza y Poesía

Figuras alegóricas

Belleza Cósmica

Gloria, Flor Carnal

La Mariposa de un Idilio

Días de Septiembre (Cuento)

Luis Pardo El Bandolero

Dia Internacional De La Mujer

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