domingo, 3 de noviembre de 2013

POEMARIOS DE NORA ROSA GAMARRA RAMIREZ

 

POEMARIOS DE NORA ROSA GAMARRA RAMIREZ

    ´por Nalo Alvarado

Abrigado por el inicio del prólogo de Carlos Toledo: “Es un ramillete de poemas en los que Nora Gamarra (1959), recorre los intrincados senderos del amor”, incorporé el mismo día en el blog ‘CHIQUIAN Y SUS AMIGOS”, los poemas “Flor de Roca” y “Paloma Mensajera”, que desde aquel entonces reciben la visita de miles de cibernautas del orbe.

Have unos días, desde Huaraz, llegó a la bandeja de mi correo el poemario virtual de Nora: “EL LIBRO DE ESTUARDO Ó HISTORIA DE UNA GENERACIÓN” con 30 creaciones, cada una de ellas de singular belleza como sus gemelas del poemario “AMARANTA: Delirio de Amores”.


POEMAS DE NORA ROSA GAMARRA RAMÍREZ

En ambos poemarios fluye el son nostálgico de la autora, cual latidos de ese supremo amor de carne y hueso que tiene las horas contadas al final de cada jornada, y quiere dejar constancia de su fe, pero también de sus temores por tantas auroras cercenadas antes de tiempo, esperanzas juveniles muchas veces fallidas, fragmentos de vida en su mayoría agridulces. Sinsabores del alma dolida que se agita en las honduras del pensamiento con melancólica ternura.

En cada estrofa la autora expresa su rebeldía ante la indiferencia y los traumas que se suman como galgas en la forja diaria, como si el grito desgarrado de todos los que anhelan un mundo mejor se condensaran entre verso y verso; fluyendo segundo a segundo como los deshielos del Huascarán cuando el viento ruge. Creaciones sin remiendos, aderezos, comba ni cincel, tal como fueron engendrados. “Al natural”, como reza un huayno chiquiano.

Lenguaje coloquial de comienzo a fin, con acento apasionado y arrollador, como la voz del río Santa en épocas de aguacero, encabritado y gimiendo bronco bajo el puente Calicanto, por saciar cuanto antes la sed del Callej
ón de Huaylas. Temple y sensibilidad con imágenes elocuentes del cotidiano drama humano.

En suma, un poder expresivo, reflexivo y brav
ío, propio de las altas cumbres marginadas; emoción y razón sin cortapisas del espíritu telúrico que señala el derrotero a seguir por las generaciones venideras.

Disfrútenlo esta noche que aguarda poética…

Nalo


DEDICATORIA

“A ESTUARDO Y SUS AMIGOS”

PALABRAS DE LA AUTORA

Dios mío, dame tu fuerza para silenciar mi ego y ser tan humilde como Jesús. ¿Qué soy? Al igual que María, Francisco de Asís y tantos seres de luz, soy únicamente un instrumento de tu amor y de tu paz. Por eso quiero dejarme usar y ser un canal de tu bondad. Solamente eso, un canal.


"A la señorita América Estrella, mi agradecimieto". Nora Gamarra Ramirez


ENTREGA
NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

Por haber nacido
aquí en mi tierra,
por haber morado
un rato con las fieras;
por creer en ti
como una niña,
que madura tu flor
como madura en la ostra
una perla;
tal vez un día
ame más otra tierra,
acaso volviéndome tigresa
devore los recuerdos
de tus ovejas,
acaso ya no importe
verte algún día crecido
como collar de perlas.

No.
Si hoy te entrego
un arcón de mi riqueza
es porque supe
que no sabía cuánto había de durar
mi estancia aquí en la tierra.
Y tuve tristeza
de sepultar celosamente
todo lo que no sólo,
a mi pertenecía.


HISTORIA

NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

Tú, fuiste un planeta desorbitado.
Sólo un infante trozado
por la precoz garra
de tu propia rebelión.
Y sin embargo fuiste
aquel muñón que se alzaba
contra todo lo que significaba
una coaccionada resignación.
Tú, descubriste
la encubierta paz que te señalaban.
Por eso te incendiaste,
al ver que dentro moraban
birrias de cómodo proceder.
Y porque amputaste el hecho
de que tu ser lisiado
era sólo el producto
de una general confusión,
por ello siendo dueño
de sabias soluciones
ante ti nada sabías.
Por eso,
la llama de protesta
que tu ser engendraba
cuando la desterrabas
sólo te quemabas,
o también la enfilabas
hacia un lascivo furor.
Y tú estuviste ciego,
manco y también sordo…
Yo lo sé.
Porque le cerrabas la boca
a la verdad que te insinuaba
que eras sólo el exponente
de una social frustración.
Pero el mundo no sabía
porque vendabas tu herida
con antenas de dulzura,
porque mordías tu alarido
con tu lengua de primor.
Y te erigías en líder
y fuiste el galán del pueblo;
todas te rodeaban
todas se disputaban
¡tu rajado amor!
Te he visto, bohemio,
repartir tus huérfanas ternuras
cuando ¡tú carecías
de propio corazón!


BOHEMIO

NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

Bohemio
que en la noche te oscureces,
nadie sabe que te abrillanta:
¡Ese tu sordo clamor!

Bohemio que luces
cintura deshojada,
nadie sabe que es tu mirada:
¡El cigoto de tu rebelión!

Y si los ojos
hoy te han cerrado,
nadie sabe que el día de mañana
tu propia garra
te hará:
¡Invalorable corazón!

Nadie sabe
que tropezando
llegarás a la cima.
Nadie sabe
que de bichos está poblada:
¡Tu aparente disipación!

Nadie sabe,
ni yo sé
el tamaño de la llama
que se esconde:
¡En ese tu oculto fulgor!

Habla.
Habla para que te halle,
habla para que rebase:
¡El río de mi admiración !


ALABANZA


NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

Porque has andado en la sentina
resbalándote,
sólo con el cayado
de tu rebelión,
porque teniendo primicias
las arrojabas a todas
para hundirte en la búsqueda
de tu propio embrión .
Porque para ti
significaba el todo
esa inaudita nada
que era para los que veían
prodigarte no siendo rico
y orfandarte estando rodeado
y mas bien abrazarte
al topo y a la araña
y a todo lo invalorado
de la sabia creación…
Porque has desterrado la herencia
de cómoda aceptación
y porque mendigo has buscado
tu verdadero valor.
Por todo,
así para el tiempo
impropiamente ajado
y algo velado de sombras
en lo que debiera ser albor.
¡Ay!
por toda esa ciencia labrada
con tus denodadas experiencias,
por todo eso:
¡Oh! privilegiado
que naciste para ejemplo
de los exploradores que buscan
la sangrante virtud.
¡Yo te alabo!
¡Yo te alabo!
Porque habiendo nacido
en nuestra pródiga tierra
sabrás hacerte águila:
¡Antes que un oscuro ratón!


HIMNO A ESTUARDO

NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

En tu marcha denodada
hacia la quebrada y los tolmos,
en tu peregrinaje
azul de madrugada,
tendrás el sol eterno
que brilla en tus predios,
floreado de rosas esperanzas.
Y cuando el cayado que te alienta
se haya roto,
no precisarás de más
porque en tu alma
morará el solemne salmo.
Será basto el panorama
que alumbre de tu pecho,
a ti que aún vas alimentado
te bastará sentir bajo tus pies
el cúmulo de hambrientos
que se postran enla cañada.
Y cuando el pie
que te encamina esté cansado,
mires en derredor
y no halles bancos,
acuérdate del gras
y de toda la yerba que silvestre te espera
en la sierra que es tu patria.
Y cuando tengas frío,
te tiemble la mirada
y no halles rebozo femenil
que entibie tu alma,
acuérdate varón
de tu madre santa
que con su amor
pereciera llevarte
aun en su entraña.
Y cuando, solapado,
alguna vez
en la bohemia llores:
¡Oh! Arroja ese cristal lúbrico
que empaña tu mirada
y deja sin vergüenza
deslizarte esa lágrima,
porque lloran también
las cumbres más altas con sus ríos…
¡Y lo sabes !
y cuando tropieces y caigas
teniendo delante de ti
los bichos que se arrastran:
¡Oh! varón del Ande,
mira hacia arriba:
¡Mira hacia las águilas!


EN NUESTRA GENERACIÓN

NORA R. GAMARRA RAMÍREZ

En esta generación
de cordilleras tan vastas,
donde se retuercen
los climas plañideros,
dejando caer
serpentinas de ríos,
pero también aludes y huaycos.
En esta generación
tan orientada al caos,
donde se inmolan inocentes víctimas,
hacen falta
jinetes de la palabra,
hacen falta:
¡Colosos del alma!
En esta generación
donde todos ignoramos
que somos arlequines y polichinelas
que vamos actuando
sobre una cuerda floja
y todavía lisiamos más el peso
arrastrando los pesados collares
de una cara frivolidad comprada,
para sólo huir desesperados
de lo que nadie escapa.
En nuestra generación
que bulle en menopausia,
have bien mirarnos las caras
y ver serenos nuestra faz pulida,
hecha de pétalos y de joven savia.
En esta generación alicaída,
haces falta tú:
¡Oh, joven de fecundos ideales!
Porque tienes la despensa llena
Y acaso no lo sabes.
Detén el torbellino
que hoy pareciera derribarte,
o pón la lianas de tu estirpe:
hombre, hijo del Perú eres
y llevas acero
de voluntad en las venas.
Erígete antes de la guerra
como pacificador de tu raza,
ya no oprimas el cuello desalentado
y ahora quejoso de tus ancestros;
antes bien,
limpia el sudor
de sus frentes con la tuya
y recibe sobre tus hombros de roca
todo el engranaje que ya les pesa
y verás cesar sus letanías.
Luego enfila la lanza del trabajo
y debuta,
debuta en la guerra de tu destino
como el labrador debuta cada día
al son de su azadón
cuando nace el sol en la campiña.

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