Bajo la Presidencia del Dr. Plighio Hidalgo Gonzáles y eligiendo a su primera Reyna a la Srta. Elky Cardenas
por Julio R. Olivera Ore
ATENEO ANDINO, asociación de escritores, artistas e intelectuales del Perú, acaba de cumplir sus Bodas de Plata, bajo la Presidencia del Dr. Plighio Hidalgo Gonzáles y eligiendo a su primera Reyna a la Srta. Elky Cardenas, cantautora y especialista en Ciencias de la Comunicación. Lo cual nos complace además por haber recientemente ganado un Cetro de Soberana por los pobladores de San Ignacio de Cajamarca residentes en Lima.
Un escenario tan exultante y próvido como es la sierra de Cajamarca, no podía ser menos que la cuna de una gran mujer como Elky, nacida un 19 de Setiembre. El embeleso que produce la admiración de sus maravillas y habilidades suscita el ejercicio de la mente y, es fuente emotiva de riquísimos matices.
Elky, canta compone , toc a la guitarra, pero aun mas baila y es una lindísima y encantadora dama que culmino estudios de Industria Alimentaria y concluye Ciencias de la Comunicación en una Universidad peruana Comienza el periodo bailable del huayno o la marinera y el hombre inicia con una leve reverencia los pasos de la melodía; con una prestancia e hidalguía de buen tono yergue el torso y tiende la mirada hacia su dueña. Siguiendo la cadencia musical, primero es un cambio de pasos ágiles y de movimientos elásticos y sensuales. Las punta de los pies ejecutan finteaos alados, florean y trazan símbolos de un dinamismo rítmico y discursivo, signos de un lenguaje y expresión de una vehemencia. El alma de Elky se eclosiona en movimientos, en líneas ondulantes y efervescentes, entra al ruedo con un rubor y galanura mimosa y con una soltura y flexibilidad de gacela; en los primeros pasos garbea y una dulzura de infinita melodía asoma a su rostro; está como iluminada de placer y esparce su dicha con donaire, cautiva a su pareja, lo arrastra irresistible. Y comienzan los movimientos sutiles del pie, borda encajes, festona cintas, marca monogramas, rellena tules, cala sederias, engarza lentejuelas y mostacillas, entorcha hilos de oro y have primores que electrizan y anegan de dicha. Sus manos toman la falda que esta a su alcance y con ella acompaña la cadencia de sus movimientos, son alas que reman y que quieren emprender el vuelo. La destreza sabia de la mano lleva la falda de un lado a otro en ondas sinuosas que se apegan al cuerpo y dan a admirar los contornos crepitantes de la cadera, y la apostura apolínea de las pantorrillas se insinúa como un presagio cada vez que el torbellino de la danza levanta el vuelo del traje. De súbito una vuelta de remolino infla la falda y se despliega como una sombrilla hacienda estallar de aplausos al público. Cambian de lugar y se reeditan los mismos compases, una ansiedad de jubilosa victoria los acomete al final. Es la fuga que se avecina con su óptima promesa. Luego la música eleva su tono, acelera el ritmo, los bordones tremolan una ansiedad sensual, las primas gimen en su histerismo desfalleciente y la melodía entra a un espasmo enervador. Así es Elky Cárdenas a la que desde este Ateneo van nuestros mejores augurios en su carrera profesional.
Lima agosto de 2010
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