viernes, 29 de enero de 2010

Asi Es Eva Velasquez Lecca


Eva Velasquez Lecca

Por Julio Olivera Oré
Antes de 1876 en que don Juan Francisco Meiggs trazara Chimbote para una gran urbe futura, estaban establecidos los comuneros de Chimbote y Koshco, que utilizaban las tierras para la labranza y el pastoreo.

Desde el mar se extendían las tierras de la comunidad hasta el kilómetro 10 de la línea férrea, donde comenzaban los límites de la Hacienda Tambo Real. Y entre la comunidad de campesinos y la Hacienda Tamboral, para aquella época, no hubo más problemas que el del agua. Los comuneros se veían precisados a servirse sólo de los remanentes.

En la sección de El Monte la comunidad tenía cultivos con las aguas de Lacramanga, especialmente en la época de lluvias. Por esto no tuvo problemas con los vecinos. Y para entonces la población no pasaba de 1,500 habitantes. Y la actividad más lucrativa de la comunidad era la pesca. En lo que es ahora la Plaza de Armas, había un lago para beneficiar sal y con la que salaban los pescados y se dedicaban a la industria.

Unas cuantas cosas alrededor del Muelle y frente a la Estación del Ferrocarril era toda la parte urbana de Chimbote. Pero el trazo de Meiggs despertó el temor de las haciendas circunvecinas de que Chimbote de progresar habría de ser un vecino molestoso. Hasta que en el gobierno del señor Piérola se dispuso a levantarse las instalaciones que hiciera Meiggs en 1976 del servicio de agua potable con una cañería de fierro de 8 pulgadas que traía el agua potable desde el kilómetro 26 del ferrocarril.

La cañería fue a parar a Trujillo, sin que la Municipalidad de Chimbote hiciera protesta alguna.

Después de este primer golpe a Chimbote, cuyos pobladores eran los campesinos de la comunidad con muy pocos empleados de fuera que se habían instalado en el muelle y en la Estación del Ferrocarril, Tambo Real comenzó sus primeros ataques a los campesinos hasta que en 1920 se declaran sus primeros ataques a los campesinos hasta que en 1920 se declaran inalienables los bienes de la comunidad. Entonces comienza la campaña para solicitar el reconocimiento de la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Koshco. Por Resolución Ministerial de 14 de diciembre de 1921, expedida por el Ministerio de Fomento se levantó el plano de la Comunidad de acuerdo a las circunstancias de la época, pese a que en 1860 hubiera sido más extensa cuando estuviera bajo los dominios del último cacique. Los linderos fueron disputados con la Hacienda Tambo Real y las dificultades del reconocimiento que hubieran comenzado en 1920 fueron superadas el 25 de mayo de 1929 y luego el 2 de junio de 1927 fue oficialmente reconocida la Comunidad de Chimbote y Koshco.

Don Leonardo Díaz el líder de este movimiento, estuvo acompañado de don Joaquín Gularte, Pablo Morales, Trinidad Beltrán y Mauricio Beltrán, que más tarde formaron la primera Junta Directiva de la Comunidad.

En 1933 la Comunidad hubo de librar su más cruenta batalla con la Hacienda Tambo Real. Sus dueños, uno de los cuales fuera un descendiente del que fuera Presidente de la República, hubieron de hacer valer su influencia. El representante Ing. Enrique Vivero no los respaldó, por lo que la comunidad sufrió su más grande desmembramiento. La Comunidad tuvo que replegarse hasta el kilómetro 10. según el plano que entonces levanta el Ing. Víctor Aredán, la Comunidad perdió 200 fanegadas.

Cuando se estableciera fraccionada. La población que crecía, se ensanchaba por los terrenos de cultivos y la Comunidad cada vez se iba reduciendo a medida que se ampliaban las áreas urbanas.

Una Compañía Venezolana emprendió la irrigación del Monte de Chimbote y se procedió a su venta. Se formó una Asociación y se presentó ante la Dirección de Asuntos Indígenas solicitando la disolución de la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Koshco. Los que iniciaran esta campaña fueron el comerciante Gustavo Cano y los ciudadanos Manuel Flores y Toribio Arteaga. Tan insólita pretensión fue denegada en 16 de noviembre de 1967.

Crece más la Ciudad de Chimbote a costa de los terrenos de la Comunidad. A lo largo de la Panamericana y en más de 8 kilómetros, la población ocupa las tierras de comunidad. Esta población es foránea establecida por al industria de la pesca y del hierro. Una población cosmopolita.

El progreso industrial y comercial de Chimbote ha tocado todos los ámbitos de la comunidad de Indígenas. Las tierras que en un comienzo se dieran en turno y rotación o que se concediera el usufructo a los empadronados se han convertido en propiedad o se han urbanizado o han sido invadidos por barriadas. Cesiones, transferencias y ventas están haciendo desaparecer a las tierras de la Comunidad. Muy pocas extensiones rurales quedan bajo el control de la Comunidad. El Ministerio de Vivienda ha verificado estudios de ampliación urbana y las tierras que para ello se destinan indudablemente que recortan los de la Comunidad. Finalmente la población se extiende en forma vertiginosa y las tierras de la Comunidad cada vez se convierten en zonas urbanas. Y con fecha 23 de setiembre de 1970 se a expedido a Ley Nro. 18974, por lo cual se le faculta a la CRYRZA, hoy ORDESA, remodelar el plano urbano de Chimbote y tomar los terrenos que son necesarios para ello a fin de reubicar a la población.

De otro lado la mentalidad de los campesinos ha evolucionado a tal punto que poco se han ido adentrando a la industria y al comercio. El campo no les queda sino como un pasatiempo. Muy pocos de los primitivos comuneros perseveran en el campo. Han incursionado por la pesca y la industria pesada del acero. Alguno que otro indígena foráneo se ha yaconizado en la tierra, y éste mismo el tiempo que le queda libre el agro lo dedica a la pesca.

El campesino de Chimbote está al tanto del movimiento social del obrerismo. Esta incluso sindicalizado. La tierra ya no es común, ni hay tierras para comunidad. Y la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Koshco en realidad no existe sino como un blasón de lo que fuera una comunidad campesina. Ha evolucionado de tal manera que aquellos pobladores lo veremos en el capítulo del obrerismo laboral en la industria.

Es tal la indiferencia agraria del chimbotano, que pese a existir un pleito sobre línderos con la hacienda Tambo Real, poco caso se hace de ello.

Es que los campesinos que laboran en el kilómetro 3, acaso en el último reducto comunal, son foráneos. De comuneros no tienen sino la matricula. Tampoco tienen interés en recuperar la parte llamada de Los Pinos, que ha sido detentada por la Corporación Peruana del Santa. Es decir que se trata de una Comunidad casi abstracta. En los altos del Mercado Central funciona la Oficina de la Comunidad y en ella se atiende algún pago de usufructo de alguien que quiere hacer valer un derecho de posesión para cuando celebra un contrato de venta.

En la época pre-inca, Chimbote había desarrollado una agricultura portentosa. Bastará tener presente la canalería que transportaba el agua de regadío por dentro de los arenales por todas las latitudes de Chimbote. Así como bastará saber que para facilitar el tránsito por la arena se tendían esteras y para contener la intromisión levantaron una muralla desde Huadalupito hasta el río Marañón. Ev a nos relata un poco de su historia y la insertamos a continuación “Empecé mi carrera de maestra en la Institución Educativa: “Fe y Alegría Nº 14” en Nuevo Chimbote, con las Hermanas Carmelitas Misioneras, en el A.H. 3 de octubre, conocido en esa época, 1990, como zona roja por la delincuencia que allí reinaba.

Al llegar las hermanas me dijeron: “Si tienes vocación de servicio con el pueblo, te quedarás, sino serás una más que emigre hacia la zona urbana buscando solo éxito personal”. Esas palabras están presentes hasta el día de hoy en mi alma, y a veces, me han salvado de caer en el facilismo y demagogia que te ofrecen instituciones supuestamente preocupadas por la educación de los niños y jóvenes, pero, que en el fondo, sólo quieren dinero, dinero y más dinero para saciar su sed de lucro y beneficio personal.

Era un trabajo arduo, los jóvenes en un gran porcentaje integraban pandillas, madres y papas solteros habían en las aulas, alumnos que terminaban la secundaria a los 18 y 20 años.

¿Cómo plasmar tanta teoría en esa genuina realidad?

Allí formé mi Raza de Maestra, en equipo comenzó el trabajo, los textos, contenidos curriculares se adaptaron al contexto socio-cultural de los jóvenes, organizamos talleres de oratoria, teatro, pintura, danza, se crearon los primeros módulos de carpintería y electricidad en el colegio.

Con ayuda de los padres ,se organizó grupos de brigadas para cuidar dentro y fuera del colegio, el respeto a las normas de convivencia establecidas ; así protegíamos a los chicos de posibles ataques de pandillas rivales, sin embargo, algunas veces, no podíamos evitar la violencia de éstas. Pero, no nos desanimamos, buscamos el apoyo de los dirigentes de la zona; sólo así pudimos trabajar comprometidamente por los jóvenes.

Entendimos que el maestro, la maestra, tenía que ubicarse en el mismo contexto de sus alumnos, estar con ellos en sus conflictos y aspiraciones, ser amigo, senda, que los ayude a encontrar su destino, pero con tanta pasión y desprendimiento como si fuéramos, hasta cierto punto, sus padres.

Ahora trabajo en Lima, desde el 2002, y comparo realidades que a pesar del tiempo transcurrido son tan parecidas y más aún coinciden totalmente en la búsqueda de rumbo por parte de los jóvenes. Son más de quince años desde que empecé mi labor de maestra y aún siento ese anhelo en ellos, esto me cuestiona y me genera hasta cierto punto angustia porque la sociedad de los mayores no es capaz de saciar la sed de amor, paz, estabilidad y logro de metas que buscan los jóvenes.

Surgen interrogantes que tengo ya que resolverlas para confirmar en verdad que sí estoy cumpliendo con mi labor de maestra:
¿Qué hago yo para ofrecer una sociedad más justa y solidaria con igualdad de oportunidades a mis educandos?

¿Sólo debo quedarme en aula y trabajar allí, en forma aislada, sin vincularme con las organizaciones gremiales y políticas de izquierda que luchan por alcanzar un gobierno popular y democrático que sirva verdaderamente a los más pobres y en especial a los más jóvenes?

¿Con un presupuesto inferior al 6% en el sector educación, podrá elevarse el nivel y calidad educativa que tanto predica el actual gobierno?

Seguro muchos colegas comentarán: Está bien, esa es la realidad, pero, ¿qué hago yo? , yo simplemente cumplo un programa, dicto clases, paso notas, apruebo y desapruebo, cobro mi sueldo y salgo adelante con mi familia, total los tiempos son tan difíciles y cada uno sobrevive de las formas que aquí encuentra.

Allí está el arduo camino queridos colegas, sólo nuestro corazón y razón, ambos en binomio darán la respuesta exacta. Una respuesta que se necesita ya, con contundencia y decisión, por ser el punto de partida de un verdadero cambio en nuestra sociedad y en su enfoque educativo.

“Sólo así el picaflor, podrá mirar de nuevo al sol, con dignidad y libertad, entre la miel de una mañana”

Leamos un poco de su literatura


LA ESPERA

Será diferente la forma

de brotar la madrugada,

otra mano inextinguible

alisará las cuerdas

tensadas en la madera.

La voz después del desencanto

habrá cogido la melodía dura

del rodar constante de los guijarros

así, con la tonada geológica

recién podrá resquebrajarse

el tórax del monolito.


A los acordes plácidos

de la veleta casi detenida

sin tiempo ni apuros

nuevamente volverá a florecer

cerca al ventanal, el verdor de mayo.


Todo en un concierto sin igual,

violines y guitarras al vuelo

derrotando torrenteras de afonía,

el canto de la tierra hecho maíz

entibiará los despojos injustos

y nuestro volverá a ser la espera.

* Eva Velásquez Lecca (Chimbote, 1968).


* Licenciada en educación, especialidad: Lengua y Literatura por la Universidad Nacional del Santa.


* Integró el grupo literario: “Creación” en la ciudad de Chimbote.


* Ha publicado las plaquetas: “Vida” (2002), “Oleaje de Mujer” (2003) y “Fantasía Desplegada” (2006)


* Tercer lugar en el Premio Nacional de Educación: “Horacio 2004”, área: poesía con el libro: “Oleaje de Mujer”


* En el 2005 publica : “Oleaje de Mujer”.


* Poemas suyos aparecen en las revistas: “Prosa Procaz”, “Puerto de Oro”, “Los Zorros”, “Mundo Cachina”, “Alborada” entre otras.


* También ha publicado en la Web de “La Casa del Poeta” y en el blog: el rincóndeldiablo.


* Está incluida en la Antología MP4 de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (2005)


* Actualmente es profesora de la Institución Educativa: “José Faustino Sánchez Carrión”, en la ciudad de Lima.